Acteón era hijo del dios cazador Aristeo y de Autónoe. El sabio centauro Quirón lo enseñó a cazar. Un día cazando les dijo a sus camaradas de descansar un poco. Así empezó a buscar un lugar fresco en el bosque donde poder recuperar fuerzas.

Acteón se aproximó sin preocupación a aquel lugar, cuando las ninfas lo vieron empezaron a gritar e intentaron tapar el cuerpo desnudo de Ártemis pero fue en vano porque la diosa era muy alta. Después de esto le dijo: “¡ Ve y cuenta, si puedes, a los humanos lo que has visto!
Apenas había pronunciado la última palabra cuando el mozo se sintió sobrecogido de una angustia indecible; salió huyendo y se dio cuenta como poco a poco se iba convirtiendo en ciervo.
Acteón intentó hablar pero no pudo, sus perros se dieron cuenta y empezaron a perseguirlo hasta que lo mataron.
Sus hombres se dieron cuenta de que su amo había muerto cuando Quirón le había hecho una estatua de bronce en honor al joven Acteón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario