Atenea o Minerva es hija de Zeus y de Metis. Ésta se hallaba encinta y a punto de dar a luz una hija, cuando Zeus se la tragó. Lo hizo por consejo de Urano y de Gea, que le revelaron que si Metis daba a luz una hija, a continuación tendría un hijo que arrebataría a Zeus el imperio del cielo. Por esa razón, cuando llegó el momento del parto, el padre ordenó a Hefesto que le abriese la cabeza de un hachazo. De la cabeza salió Atenea, armada, que profirió un grito de guerra que resonó en cielo y tierra.
Desempeñó un papel importante en la lucha contra los Gigantes, dando muerte a dos de ellos, llamados Palante y Encéfalo.
En la Ilíada participa en la lucha al lado de los aqueos. También protege a Hércules en el combate, armándolo cuando el héroe se dispuso a emprender sus trabajos.
En la Odisea, ayudó a Ulises a volver a Ítaca, que le prestaba su asistencia actuando por metamorfosis , adoptando la figura de varios mortales.
Había dedicado su talento a las artes de la paz, y en Ática se le reconocían, entre otras más, la invención del aceite de oliva y del olivo. No obstante, antes de ello se disputó con Posidón para la soberanía, y cada uno trató de ofrecer al país el mejor regalo para acrecentar sus méritos. Posidón hizo surgir, de un golpe del tridente, un lago salado en la Acrópolis de Atenas; Atenea hizo que brotase allí un olivo.
Atenea permaneció virgen, pero se cuenta que tuvo un hijo. Había ido a visitar a Hefesto y el dios que había sido abandonado por Afrodita, se prendó de Atenea en cuanto la vio y comenzó a perseguirla. Atenea intentó huir pero Hefesto la cogió en brazos. Hefesto mojó la pierna de las diosa, así de la tierra nació Erictonio.
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