viernes, 21 de enero de 2011

ORFEO Y EURIDICE

Ofeo, hijo de Apolo y nieto de Zeus, poseía el don de la música, y con este amansaba a todas las criaturas de la naturaleza.
Se enamoro de Eurídice, una ninfa y se casó con ella.
Un día una serpiente venenosa mordió a  Eurídice, en su intento de escapar con Aristeo, el hijo de Apolo, que intentaba poseerla; así pues dejando escapar un grito de su garganta cayó herida de muerte.
Orfeo intentó ayudarla, pero fue imposible ya que Eurídice murió en sus brazos.
Orfeo no pudiendo soportar el dolor, decidió bajar al Averno para recuperar a su amada.
Acompañado por el barquero Caronte, atravesó la laguna Estigia y llegó a la morada de los muertos.
Allí se encontró a las Furias y al perro Cancerbero de tres cabezas que custodiaba el palacio de Hades y Perséfone.

Se postró a los pies de estos y tomando la lira comenzó a cantar una hermosa canción sobre la pérdida de su amada.
Todos empezaron a llorar y se apiadaron de él.
Hades autorizó a Eurídice a regresar con Orfeo al mundo de los vivos, pero con la condición de que este no girase la cabeza para mirarla hasta que no salieran de allí.
Orfeo aceptó y cuando ya estaban a punto de salir, al ver una luz, Orfeo la miró, y Eurídice desapareció.
Su amado intentó buscarla pero no la encontró.

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